miércoles, 23 de septiembre de 2015

TEMA N° 6: "VOCACIÓN RELIGIOSA"

Vocación Religiosa es:

Una llamada de Dios,
para cumplir una misión
que exige una respuesta
dentro de una comunidad.

ORACION DEL (DE LA) RELIGIOSO (A)
 
Señor Jesús, Hijo de Dios que con el Padre y el Espíritu Santo, eres proclamado ‘el único santo’, te doy gracias porque me has llamado a la santidad en la vida religiosa. Junto con mis hermanas y hermanos, religiosas y religiosos, me esfuerzo por seguir, de modo más radical, tu palabra: “Busquen primero el Reino de Dios y hacer su voluntad y todo lo demás vendrá por añadidura”.
            En este momento, quiero recordar ante ti, Señor, la tarea que, en tu nombre, me señala la Iglesia: “Manifestar ante todos los hombres que los bienes celestiales se hallan ya presentes en este mundo, testimoniar la vida nueva lograda por la Redención de Cristo y ser una señal de la futura Resurrección y la gloria del Reino celestial”.
            Te pido, Señor de la santidad, que con el alimento de tu Palabra y de tu Cuerpo y Sangre, y en unión con los pastores y los demás religiosos y religiosas y los laicos, participe con generosidad en la misión de la Iglesia, de anunciar tu Buena Nueva.
Dame la gracia de ser fiel al Espíritu que animó los comienzos de mi comunidad religiosa, para descubrir tu rostro en los más pobres y desamparados y a ayudarles en la superación de sus problemas y su marginación.
Amén.
 
 

LA   VOCACIÓN

La vocación es la inclinación a cualquier estado, carrera o profesión. El término proviene del latín vocatio y, para los religiosos, es la inspiración con que Dios llama a algún estado. Por eso el concepto también se utiliza como sinónimo de llamamiento o convocación.
            A nivel general, la vocación aparece relacionada con los anhelos y con aquello que
resulta inspirador para cada sujeto. Se supone que la vocación concuerda con los gustos, los intereses y las aptitudes de la persona.
            La vocación también es considerada como un proceso que se desarrolla durante toda la vida, ya que se construye de forma permanente. Implica descubrir quién soy, cómo soy y hacia dónde quiero ir. Las respuestas a esos interrogantes marcarán la vocación y el camino a seguir por el individuo.
            Al finalizar la escuela secundaria, cada ser humano comienza actuar en consecuencia con su vocación. La elección de una carrera profesional o de un trabajo, por ejemplo, suele responder a la vocación.
            El proceso de descubrimiento de la propia vocación es muy complejo y no es igual para todas las personas. Hay quienes creen haber sabido desde siempre que sienten un fuerte lazo con una determinada disciplina, y éstos contrastan con las personas que llegan a la mitad de sus vidas y se preguntan qué han hecho y por qué.

La vocación debería ser aquello que nos llena, que da a cada célula de nuestro cuerpo una sensación insuperable, una actividad que mientras la realizamos nos haga sentir que no necesitamos de nada más. Contrastando esto con el ritmo de vida que se lleva en la actualidad y con la creciente tendencia de la gente de tapar los problemas con ruido y con dinero, se entiende que muy pocos hayan oído ese llamado y que aún menos personas le hayan hecho caso.
            Y este último punto nos lleva a comprender que la vocación requiere de mucho trabajo para que no se convierta en un desperdicio de energía; saber que la medicina es la razón de mi vida es el principio, y sólo tendrá sentido si dedico cada día a estudiar y convertirme en un profesional más experimentado y capacitado, con las herramientas suficientes para hacer de mi persona alguien realmente útil.

¿Qué es la Vocación Religiosa?

Jóvenes religiosos
La vocación religiosa es una llamada interior que viene de Dios. Es Dios que íntimamente inspira en el alma el deseo de abrazar un estado de vida más perfecto como lo es la vida consagrada. El deseo interior y desinteresado de abrazar el estado religioso es una auténtica llamada divina, porque es un deseo que supera la naturaleza humana, y debe ser seguido al instante. El consejo si quieres ser perfecto, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres (Mt 19, 21) Cristo lo dirigía a todos los hombres de todos tiempos y lugares: todo el que haya dejado casa o hermano…por mi nombre, recibirá el ciento por uno y la vida eterna (Mt 19, 21 ss.). Por eso, también hoy, todos deben recibir este consejo como si lo escuchasen de los mismos labios de Nuestro Señor. Y todo aquel que se dejara guiar por este consejo, puede pensar lícitamente que ha recibido una auténtica vocación religiosa.
Hnas. religiosas
Afirma san Juan Bosco: “El estado religioso es un estado sublime y verdaderamente angélico. Aquellos que por amor de Dios y por su propia salud eterna sienten en el corazón el deseo de abrazar este estado de perfección y de santidad, pueden creer, sin lugar a dudas, que tal deseo viene del cielo, porque es demasiado generoso y está muy por encima de los sentimientos de la naturaleza humana”.
            Y es esta manera concreta a la que llamamos vocación.
            Debemos recordar que nuestra plenitud y felicidad depende de cuánto busquemos llevar a cabo este plan de Dios en nuestras vidas, porque no hay nadie, NADIE, que sepa más la manera de hacernos felices, que Dios mismo, aun cuando nosotros queramos "experimentar" nuestros propios caminos.

LECTURA DE MOTIVACIÓN
 
LA CRUZ PESADA
Un joven, ya no daba más con sus problemas. Cayó de rodillas, rezando, "Señor, no puedo seguir. Mi cruz es demasiado pesada".
El señor, como siempre, acudió y le contestó: "Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación. Después, abre esa otra puerta y escoge la cruz que tú quieras".
El joven suspiró aliviado. "Gracias, Señor" dijo, e hizo lo que le había dicho.
Al entrar, vio muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de arriba. Después, vio una pequeña cruz apoyada en un extremo de la pared.
"Señor", susurró, "quisiera esa que está allá".
Y el Señor contestó, "Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar".
Cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores, siempre es útil mirar a nuestro alrededor y ver las cosas con las que se enfrentan los demás. Verás que debes considerarte más afortunado de lo que te imaginas.
 
“TU CRUZ, cualquiera que sea tu cruz, cualquiera que sea tu dolor, siempre brillará el sol después de la lluvia.
Vídeo de la Hna. Cristina
 

Vídeo de reflexión
AL PECHO LLEVO UNA CRUZ
CANCIÓN

 
 
 
 
 
1. Responde:
                     a) ¿Cuál es tu vocación? explica
                     b) ¿Qué opinas de la vocación religiosa?
2. Explica el tema en un dibujo.
3. Lee la lectura de motivación y escribe un comentario.
4. Observa el vídeo de la Hna. Cristina y escribe un comentario en el blogs.
 
No te olvides de iniciar con los siguientes datos.
 


 
OJO
 
 SI NO PUDIESEN ENTREGAR SUS TRABAJOS HASTA EL DIA VIERNES, LES ESPERO EL DIA DOMINGO 27 DE SETIEMBRE, DESPUES DE LA MISA DE LAS 7:30 AM, EN LA PUERTA DEL TEMPLO. NO HAY OTRA FECHA.
 
 

TEMA N° 5: "RESPONSABILIDAD DE LOS LAICOS EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA"

La gran Misión de la Iglesia
<<Sintiendo compasión, Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo:
“Quiero queda limpio”>>
                                                            (Mc. 1,41)


ORACIÓN   DEL   LAICO

Conversar con Dios
            Señor Jesús, Hijo de Dios y hermano nuestro. Tú nos dices en el Evangelio: “Ustedes no me escogieron a mí. Fui yo quien los escogí a ustedes y los he puesto para que produzcan fruto y ese fruto permanezca”

            Gracias, Buen Pastor, Misionero del Padre, siento que tú me has llamado a compartir tu misión de anunciar la Buena Nueva del amor del Padre. La Humanidad se está destruyendo a sí misma y a su entorno de vida, por el goce egoísta y el afán de dominar y de poseer. El mundo necesita el mensaje de la bondad y el testimonio de la solidaridad.

            Como los obreros de la viña evangélica yo también he sido enviado a trabajar en tu campo que es el mundo en que vivo. Y me has prometido una preciosa paga, mejor aún, me has pagado ya por anticipado con el denario de tu amistad. Quiero responder con la actitud de María: “Hágase en mí lo que has dicho. He aquí el servidor del Señor”.

            Aquí me tienes a tu disposición. Envíame donde se necesite anunciar tu nombre. Entiendo que la evangelización comienza en mi propio hogar, con los míos, en mi vecindad, en el lugar de mi trabajo. Y ante todo, con el testimonio de auténtico discípulo tuyo y en el cumplimiento responsable de mis deberes de justicia y de caridad.

AMÉN

 

EL  LAICO

            ¿Qué quiere decir "LAICO"? Esta palabra viene del idioma griego, y significa "el que pertenece al pueblo". Este era el significado en el mundo griego, aún fuera de la Iglesia. El que pertenece al pueblo en un sentido específico: No tiene ningún cargo. No es autoridad, alcalde, concejal, policía, oficial, juez y no tiene ninguna otra función. Nosotros diríamos: "es base".
            Así en el pueblo griego se llamaban laicos todos los adultos que tenían derecho de ciudadanía, menos las autoridades. Y como la Iglesia ha formado sus estructuras en el mundo griego, cuando buscaban una palabra para todos los cristianos que no eran sacerdotes, diáconos y obispos, los llamaban también "laicos". Recordemos lo que quiere decir esto: los que pertenecen al pueblo con todos los derechos, porque son mayores de edad, son ciudadanos. Ahora bien, si entendemos a la Iglesia como el Pueblo de Dios, nosotros, los laicos, tenemos en ella todos los derechos.
            Todo lo que he dicho hasta ahora, no lo dije para que nos sintiéramos mejor. O para que nos pensáramos los mejores, los predilectos o los elegidos. lo he dicho, para que pudiéramos entender mejor nuestra propia misión como laicos. Cuántas veces, frente a la situación de nuestro país, se ha escuchado decir: "la Iglesia debería pronunciarse frente a esto." Cuántas veces, también nosotros decimos "la Iglesia debería..." y "la Iglesia tendría que...", pensando que la Iglesia son los obispos y sacerdotes. Si recordamos bien lo que acabo de decir, si "la Iglesia debería", somos nosotros los que debemos. Y si "la Iglesia tendría que", somos nosotros los que tenemos que hacer algo. Los sacerdotes y obispos están al servicio de nuestra fe y nuestro amor. Si queremos que este mundo cambie, no debemos esperar a que actúen nuestros pastores. Si queremos que se ayude a los pobres de este país, no debemos exigir que lo hagan nuestros obispos. Si queremos que se trabaje a favor de la justicia, no debemos reclamar las homilías y pronunciamientos de los sacerdotes. Y también, si queremos que nuestra Iglesia sea más cristiana, más acogedora y más humana, no debemos culpar a nuestro párroco y/o pastor.
  
Jesús y los niños
Nosotros somos la Iglesia, y nosotros tenemos la misión de construir el Reino de Dios en este mundo y de vivir una Iglesia que sea signo de este Reino. Es nuestra misión. La Iglesia no tiene dos misiones diferentes, una grande para el clero y una chiquitita para los laicos. Tiene una sola misión, la de continuar la obra de Jesús, y esta misión es nuestra. Por lo tanto los laicos deben ejercer su misión, viviendo en medio de las realidades del trabajo, de la política, de la familia, de la sociedad, en una palabra del "mundo y sus problemas", el laico como hombres de la Iglesia, ha de llevar estas realidades; la fuerza, la fe, y la esperanza evangélica. Deben ejercer su apostolado dentro de las tareas específicas que tienen que cumplir, como miembros de una familia, en una sociedad y en una profesión.


El joven laico

LA MISIÓN DEL LAICO EN LA IGLESIA

¿Qué somos y qué hacemos hoy los laicos en la Iglesia y para el mundo?
Esta pregunta parece ser muy sencilla, pero entraña lo más hondo de nuestra vocación cristiana.
            A nivel personal, sabemos que cada uno tiene un fin último insoslayable, como es la salvación definitiva. Para ella nos eligió Dios. O nos salvamos, o nuestra existencia habrá sido un fracaso total e irremediable. Esto lo sabemos desde que somos niños, porque es lo primerísimo de nuestra vocación cristiana.
            Pero la pregunta va por otros derroteros. Como cristianos, ¿no tenemos ninguna misión especial que cumplir? ¿No nos ha encargado Jesucristo algo muy concreto en bien del Reino, precisamente a nosotros, los laicos, que somos el común de la masa de los creyentes? Hoy los laicos hemos adquirido conciencia de que somos Iglesia, la Iglesia, y que la “misión” de la Iglesia nos toca de lleno a nosotros.
            Jesucristo nos dijo: “Sois la luz del mundo”, y tenemos que iluminar. “Sois la sal de la tierra”, y tenemos que sazonar todas las cosas. Somos el fermento metido en la masa, y tenemos que transformar el mundo en todas sus estructuras, en todas sus realidades, de modo que sea un mundo digno de Dios.
            Hemos de decir que si esto ha sido válido en todos los tiempos, no en todos los tiempos, sin embargo, se ha tenido la debida conciencia de semejante deber. Era muy cómodo para nosotros, los laicos, el pensar y el decir que eso les tocaba a los obispos, a los curas y a las monjas, pues para eso se habían entregado del todo a la Iglesia. Hoy ya no se piensa así, gracias a Dios. La Iglesia, por el Papa y los Obispos, se ha encargado de decirnos muy oportunamente que esa tarea nos toca a nosotros, precisamente porque estamos metidos de lleno en el mundo y en todas sus realidades temporales.

            Esto se hace hoy más urgente al ver la realidad a que estamos abocados a principios de este Tercer Milenio. Por lo que hoy llamamos la globalización, todo está llamado a tener dimensiones planetarias. Y las perspectivas no son precisamente muy halagüeñas.
            Los avances de la ciencia, no sujeta a las normas de la ética, nos van a llevar a extremos lamentables. Veremos qué pasa con eso de la bioética, la clonación y no sabe uno cuántas cosas más... Se dice que el mundo se va a encontrar con hombres y mujeres atrofiados, sin sentimientos, puras máquinas de carne... O el mundo acepta las leyes impuestas por Dios a la Naturaleza, o habremos de pagar todos las consecuencias... ¿Y a quién, sino a nosotros, nos toca metalizar, cambiar criterios, frenar leyes inmorales, e imponer el respeto a la moral que dicta la conciencia?...

            Por otra parte, el mundo de hoy reclama imperiosamente más justicia social, de modo que desaparezcan tantas diferencias injustas entre ricos y pobres. Las luchas sociales no llevan a nada, sino a más odio. Hay que dar a amor a la par que justicia. Un sociólogo —muy creyente además—, lo expresaba así:
"La experiencia mejor me la dan los pordioseros a quienes ayudo con alguna limosna. A ese pobre tendido en la calle le alargo unas monedas sin decirle nada y no me responde ni con una mirada. Le doy las mismas monedas, pero me entretengo en decirle unas palabras, a preguntarle por qué tiene al brazo así o la pierna asá, si fue por accidente o es de nacimiento, le doy un golpecito en el hombro... Ese pobre me responde con una sonrisa impagable... Esto mismo ocurre con la cuestión social. Si vamos por la justicia fría, las heridas no se cicatrizan nunca. Si actuamos con amor y por amor, mirando en el hombre la dignidad de una persona y el valor de un hijo de Dios, se consigue todo"

            El desafío que tenemos planteado los laicos como hijos de la Iglesia es apasionante. Queremos cambiar el mundo, ¡y lo podemos cambiar! Esto no es un ideal ilusorio. Es una misión que nos confía Jesucristo a los que somos su Iglesia. ¿Respondemos o no respondemos?...
 

CANCIÓN DEL MISIONERO
Señor, toma mi vida nueva
antes de que la espera
desgaste años en mi.
Estoy dispuesta a lo que quieras
no importa lo que sea
tu llámame a servir.
**Coro**
Llevadme donde los hombres
necesiten tus palabras,
necesiten mis ganas de vivir
donde falte la esperanza
donde falte la alegría
simplemente por no saber de ti


Te doy mi corazón sincero
para gritar sin miedo
tu grandeza, Señor.
Tendré mis manos sin cansancio
tu historia entre los labios
y fuerza en la oración.

**Coro**
Y así en marcha iré cantando
por calles predicando
lo bello que es tu amor.
Señor tengo alma misionera
condúceme a la tierra
que tenga sed de ti.

 
 
 
1. Explica con tus palabras: ¿Quién es el LAICO? y ¿Cuál es su misión?
2. Lee la Oración del Laico y escribe: ¿Cómo puedes relacionar tu vida y persona con esta oración?
3. Escucha la canción o léela, luego escribe un comentario en el Blogs. 
No te olvides de escribir en la primera hoja, la siguiente información: